LA MUJER MISTERIOSA
Ayer leía y disfrutaba, como siempre, de la “Patente de Corso” de Pérez Reverte. En esta ocasión sacó su lado más poético o, por lo menos, a mí me lo pareció. Contaba que estando en Venecia había tenido una experiencia algo perturbadora. Esta palabra es mía pero es así como yo la definiría. El caso es que al salir de la ducha, la luz del atardecer que entraba por la ventana proyectaba un juego de luces sobre la pulida madera de una puerta (ésta sería la explicación lógica y científica), vio reflejada una mujer que se peinaba. Tan clara era la visión, que volvió a entrar al baño a comprobar si allí dentro había alguien, para descubrir que realmente estaba solo. Pues bien, nada más leer la anécdota, mi imaginación comenzó a volar. Venecia. Un posible fantasma de mujer. Elementos, sin duda apropiados para unos cuantos argumentos. Yo me incliné ¿por qué no? por una historia de amor. La ciudad de los canales, misteriosa al atardecer, cuando la luz anaranjada arranca refle...