Menchu Garcerán

Sigo reflexionando sobre el bloqueo. Después de mirar y responder a muchas preguntas, llego a una conclusión. Bueno, en realidad llego a muchas, pero hay una que me llama la atención. No se si os imagináis cual pueda ser o si os va a extrañar cuando os la diga. Es algo que, en realidad, no tiene nada que ver con la escritura. Es la promoción de la novela una vez terminada. ¿Os extraña? ¿Os ha pasado? Me da una pereza tremenda y sobre todo, me da vergüenza. Sí. Parece que estoy intentando meteros mis novelas por los ojos y no me siento cómoda. Siempre he dicho que se me da mejor hablar y presentar las novelas de mis amigas que las mías. Me encanta el marketing, me gusta todo lo que tiene que ver con el mundo de la publicidad, pero llego a vender lo que yo produzco y me echa para atrás, tanto, que por lo visto, me boicoteo para escribir. Si no termino la novela, no tendré que venderla. Por otro lado, si no la vendo, nadie sabrá que existe y no se leerá. Entonces ¿Para quién...

Me he apuntado a un curso para romper el bloqueo “escritoril” ¿Os ha pasado alguna vez? Supongo que sí. Después de terminar “Alma” una novela en la que dejé mucho esfuerzo y cariño, y por la que obtuve una mención especial en el concurso de Harlequín, me quedé agotada. Al poco tiempo, comencé otra novela, pero no tiraba, no le encontraba el punto y sobre todo, no veía el momento de sentarme a escribir en serio. Hice las fichas de los personajes más exhaustivas que nunca. Hice labor de documentación, incluso les puse nombres con significados que condicionaban sus caracteres. He de decir que se desarrolla en Escocia y eso de los nombres da mucho juego. He vuelto a los fantasmas, que allí son uno más de la familia, incluso he hecho una escaleta (nunca antes la había hecho) Pero, me sucede algo muy curioso, no veo el final y no soy capaz de TECLEAR la historia. Así que decidí apuntarme al curso. He de deciros que he vuelto a escribir unas dos páginas, eso es un logro. Todavía no...